"Escucha, Paula, voy a contarte una historia para que cuando despiertes no estés tan perdida..."
Así comienza la historia... pero Paula no llegó jamás a despertar. Siento chafaros el libro a todos los que no lo hayáis leído, aunque esta idea se intuye desde el principio y casi todo el mundo que se aventura a leer la novela sabe del triste final de la hija de la escritora.
Esta semana estuve en la firma que Isabel hizo en Plasencia. Parece que en mi vida están entrando de golpe los famosos... Me firmó Inés del alma mía y confieso que, a pesar de haber comenzado la lectura con entusiasmo y no llevar más de cuarenta páginas, no termino de pillarle el punto.
No es que me aburra la lectura, en absoluto, simplemente es que esperaba encontrarme con la narradora desgarrada y llena de matices de Paula que narró con un estilo insuperable su vida, su tragedia, las de sus antepasados y la historia más reciente de Chile...
Y es que a mí, por el momento, Inés del alma mía ni frío ni calor. No quiero precipitarme, tampoco he arrancado apenas con la novela. Igual en unas páginas mejora, lo que pasa es que el estilo de la Allende tampoco me resulta demasiado reconocible... (entiéndase que con esto no quiero decir nada más que lo que he dicho, lo que cada uno quiera leer entre líneas es responsabilidad suya).
En cuanto a ella, hay que decir que estuvo exquisita. Por tiranías laborales me fue imposible ir a ningún otro acto de la presentación del libro.
Seremos justos pues y esperemos a terminar la novela para dar una reseña completa, no sin dejar, no obstante, de recomendar la lectura de todo lo que de Isabel Allende caiga en vuestras manos, especialmente su obra maestra, Paula.