miércoles, noviembre 22, 2006

CAFÉ CON DIOS

"No podría encontrar la verdadera/palabra que trazara tu figura./Y a veces le pregunto a mi amargura:/¿Cómo era, Dios mío, cómo era?"

Esta tarde estuve tomando café con Dios. Quedamos en un local muy fashion en pleno Chueca. Sé que no parece el sitio más ideal para quedar con Dios, yo no soy demasiado asiduo a este tipo de sitios, pero Él opina que Chueca es lo más parecido al paraíso que hay en la tierra y, teniendo en cuenta de quién viene la opinión...
Ya hacía tiempo que no nos veíamos, había olvidado lo impuntual que suele ser... si al menos no hubiera dejado de fumar en Año Nuevo, habría estado entretenido durante la espera.
Por fin apareció, doblando una esquina con paso presuroso, con una pinta de chapero barato con la que era imposible pasar desapercibido... Es lo que tiene Dios, que es imprevisible, puede presentarse como un ancianito adorable o como la reina de las divas...
Me saluda como suele, con un beso en los labios, apenas rozándomelos, semihúmedo, pero con una gran carga de lascivia. Los dos sonreímos y nos metemos en el local, en un rincón que él escoge en el sitio justo. Si algo tiene Dios, es que es un gran esteta, busca el momento, pero también el lugar y disfruta con la belleza tanto de lo natural como de lo artificial.
Parapetados tras un par de capuchinos, uno frente a otro, comenzamos a charlar le cuento mis cosas, cómo me va en el trabajo, los estudios, mi vida en general... y los amores. Él me escucha medio absorto, medio divertido, como si ya no supiese de más y de sobra lo que yo le voy contando...
En el fondo Dios es todo un payaso, siempre está de bromas, "¿No has escuchado nunca lo de la gracia divina, nene?" suele decirme a menudo. Ahora se empeña en que debería de dejar de pensar tanto y abrirme a lo que me viene. "No te cierre, lo mejor está por venir... y ¡está muy bueno!" me dice socarronamente mientras me guiña un ojo.
Nunca deja de sorprenderme. Se ha puesto una melenita, porque sabe que me pierden los tíos con el pelo largo... Pero dejo, de repente, de tener pensamientos lascivos con él, porque, después de todo, sabe en cada momento lo que estoy pensando. Aunque sé que, en el fondo, esto le divierte tremendamente; puede ser compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia... pero tiene un punto vanidoso un tanto exagerado.
Creo que por eso me cae tan bien, porque, en alguien que se presupone perfecto, alivia ver que no sólo no se molesta en no ocultar sus defectos, sino que además los acentúa. Supongo que todo es un divino intento de parecer más humano...
Poco a poco, sin que me dé cuenta, ha acaparado la conversación y ya no hablamos más de mí, sino de Él. Me cuenta que este mundo está cada vez más loco, que cuanto más se enorgullece de su creación, también se avergüenza más de ella.
No le molesta, según me cuenta, que el hombre sea en sí mismo estúpido, que es algo connatural a él, sino que no se moleste en salir de su estupidez. No puede entender por qué nos complicamos la vida con absurdas cargas. Le admira que el hombre intente con tanta ansia alcanzar la perfección, cuando esta es una atribución que no le corresponde más que Él, no hay necesidad de golpearse constantemente contra muros...
Y entre charlas, capuchinos y el humo de algún que otro cigarrillo, Dios y yo echamos la tarde en el café de Chueca... Cuando nos levantamos para abandonar el local, se permite hacer un par de guiños y tirarles sendos besos estilo Marilyn a unos tipos que llevan toda la tarde mirándonos. Yo, desde fuera, semiavergonzado tiro de él sacándolo por completo de la cafetería, mientras Él ríe a carcajada limpia.
"¡Dios, no vuelvo a venir aquí contigo! ¡Te comportas como una loca!" le digo intentando ponerme un poco serio. Pero se limita a contestarme: "Ya sabes, hijo mío, te hice a mi imagen semejanza, en algo tendría que notarse. De todas formas, la próxima vez te toca a ti elegir dónde quedamos".
No puedo más que resoplar divertido y así, entre risas, nos damos otro beso de despedida y con una sonrisa dibujada en la cara, Dios se pierde en la boca de metro.

domingo, noviembre 19, 2006

VAGUEDADES POÉTICAS

"Vino, primero, pura,/vestida de inocencia;/Y la amé como un niño./Luego se fue vistiendo/de no sé qué ropajes;/y la fui odiando sin saberlo./Llegó a ser una reina,/fastuosa de tesoros…/¡Qué iracundia de yel y sin sentido;/…Mas se fue desnudando./Y yo le sonreía./Se quedó con la túnica/de su inocencia antigua./Creí de nuevo en ella./Y se quitó la túnica/y apareció desnuda toda./¡oh pasión de ni vida, poesía/desnuda, mía para siempre!"

De repente me doy cuenta de que he amado y no he perdido el tiempo entre vaguedades. No fue tan duro, tan sólo fue un infierno.
Hoy puedo sonreír y es de milagro. Creí morir cuando nos separamos. Y, sin embargo, aún te echo de menos. No sé lo que me pasa, sólo sé que te quiero de una forma distinta a la que te quise, que no quiero estar contigo por más que te quiera y que quiero olvidarte y no puedo.
Safo de Lesbos se alza en mi cama y me pide cuentas. Me dice que por qué dejé ir esa sonrisa. Me dice que por qué escapaste. Y yo sólo pude responderle:
- Poetisa caprichosa, espíritu burlón, déjame en paz, no puedo responderte. Pregúntale a él.
Pero no se atreve. Tu coto está ocupado por Martín de Códax. El griego y el gallego no se entienden entre sí, por más melifluas que suenen ambas lenguas.
Safo de Lesbos me deja por imposible y le insiste a Rubén para que me visite. Llega Rubén Darío e intenta que sonría entre suspiros rítmicos. Entre agudos y graves de varias esdrújulas me saca del paroxismo y me hace mirarle a los ojos. El mar, azul, Rubén, no sé de qué color fueron tus ojos, pero yo los veo azules en todas las visitas que me haces.
- No intentes nunca hacer reír a un ciego de corazón.
Y con esta frase que le dedico, sale del cuarto despacio, socarronamente. Mira atrás, burlón y me sonríe, y escapa hacia el mar de Valparaíso. Por ti vela Pondal, dispondo o peito, aunque tú no lo sepas.
Maldita Safo, tú nunca te cansas. Y por eso me envía a Federico. Sabe que a Lorca no puedo nunca decirle nada desagradable, por más dolido que esté mi espíritu. Federico me canta por fandanguillos. No quiere saber nada, sólo quiere cantar. Bastante pena tuvo en Nueva York. Sólo quiere soñar por soleares.
Yo, complaciente, le hago palmas sin más, pues a Lorca nunca quiero llevarle la contraria. Jaleo, ensimismado, su taconeo gracioso, sin hacerle mucho caso, fingiendo que lo miro. A Federico le gusta que lo miren, no soporta que lo ignoren y por eso me hago el sueco.
Y se va por peteneras, sin saber muy bien a qué vino, pero con una sonrisa de satisfacción en la cara, con la sensación del deber cumplido. Tú sí me entiendes, si no fuera porque te pasas el tiempo bailando.
Sólo tú Rosalía, podrás mediar en este gran conflicto. Tú entiendes nuestras lenguas, conoces nuestras tierras y yo estoy dispuesto a cederte mis sentimientos, con tal de que me aclares los suyos. Demás sabes lo que es tener el clavo, lo que no se puede soportar.
Cuéntale que la muerte es muy dulce, pero estar muerto en vida sigue siendo muy triste.

lunes, noviembre 13, 2006

ÁNGEL NEGRO

"[...]rayos de luz brillantes y dudosos,/ángel puro de amor que amor inspira/fué la inocente y desdichada Elvira."

Si crees que soy un ángel,
píntame,
pero con alas negras
y me verás vomitando
blasfemias
tejidas con tu nombre,
sentirás que mi mano
se retuerce con fuerza
encima de tu mano
que ayer acariciara.
Si crees que soy un ángel,
píntame,
pero con alas negras
y verás el vigor de mi sexo
mientras te derribo,
con pasión, en el lecho
y así descubrirás
que nunca fui un ser
etéreo.

SÓLO TÚ TE HARÁS FELIZ

"¡Oh, padres! ¡Oh, tutores! ¡Oh, maestros,/los que educáis la juventud sencilla!/Sigan senda mejor los hijos vuestros, [...]"

No quiero hacerte feliz,
tan sólo quiero hacerte hombre.
No curaré tus heridas,
he de hacerlas escocer
con las yemas de mis dedos.
Te dejaré llorar solo,
si tienes fuerzas y lágrimas,
no voy a enjugar tu llanto.
Corregiré tus palabras
sin ninguna concesión
y plena malevolencia.
Me enfrentaré con tus sueños
y te haré pisar la tierra
para hacerlos realidades.
Y todo lo haré queriéndote:
queriéndote me haré fuerte,
queriéndote te haré fuerte,
queriéndote te haré hombre;
pero sólo tú te harás feliz.

NUEVA ODISEA

"Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca/debes rogar que el viaje sea largo,/lleno de peripecias, lleno de experiencias."

“Santidad es amor
e indulgencia, el olvido
y descanso,las lágrimas...”
Así reza en la popa de mi barco.
Partiré,arriaré mis naves,
aunque sepaque parto hacia una nueva
Odisea.
Ulises yo
y tú, no Penélope
que espera;
que más te quiero yo
por recio héroe
que embarca en mi aventura,
la postrera.
¡Leven anclas,
que el corazón no espera!

martes, noviembre 07, 2006

DE SARA MAGO, PIXI Y DIXI Y OTRAS CAGADAS MONUMENTALES

"Errare humanum est, perseverare autem diabolicum"

Este post quiere hacer un recorrido por las distintas joyas hechas palabras que de boca humana salieron...
¿Quién no recuerda a la catedrática en tales lides, Sofía Mazagatos, que, en un alarde de modestia improvisado (y tanto...), profirió a voz en grito y micrófono aquello de que no le gustaba "estar siempre en el candelabro"? A pesar de ser su pifia más renombrada, no me resisto a contar la que, para mí, es la mejor que protagonizó la, en su día, Miss España. Ante la pregunta de un avezado periodista sobre García Márquez, la respuesta de la genial Sofía (no en vano su nombre es el vocablo griego que se usa para decir "sabiduría") no fue otra que: "Me encanta García Márquez; aunque no he tenido la oportunidad de leer nada suyo, lo sigo mucho". Ya sabemos que en este país hay que ir a una librería de raros para encontrar un García Márquez... ¿Acaso lo persigue como una fan desatada? Por lo menos acertó con la profesión...
Y es que el mundo de los escritores es muy complicado, y si no que se lo prengunten a la buena de Esperanza Aguirre. Cuando gestionaba la cartera de Cultura, habiendo resultado galardonado Saramago con el Nóbel de literatura, preguntaron a la dialecta Espe qué opinaba sobre el susodicho, ante lo que nuestra pizpireta marquesa respondió: "Sara Mago, una excelente pintora". Si le hubieran preguntado por Sara Baras, otro gallo cantaría... vamos, que hubiera hecho alguna mención al Nóbel de literatura fijo... Claro, que qué puede esperarse de esta buena señora que en referencia al periodista Federico Jiménez Losantos tiene la osadía de declarar: "No eres un periodista liberal sino un liberal metido a periodista para poder hacer propaganda del liberalismo". Y lo mejor es que tuvo narices de decírselo a la cara.
Pero esto de meter la pata hasta el corbejón debe venir con el cargo, sí señor, de esta forma se explica el episodio de la actual titular de Cultura en sede senatorial. Permítaseme reproducir el diálogo que tuvo lugar entre el senador popular Juan Van-Halen Acedo (tiene nombre de entrenador del Barça) y la ministra Carmen Calvo:
Van Halen: "-Centrándonos en el período negro, Calvo «dixit», en el año 2000 dos filmes, «La comunidad» y «Año mariano», superaron cada uno de ellos el millón trescientos mil espectadores. En 2001, año negro también, Calvo «dixit», las cifras fueron de asombro -el mejor año, con mucha diferencia, del cine español-: «Los otros» consiguió 6.242.330 espectadores (...)".
Carmen Calvo: "-Señoría, usted para mí nunca será Van-Halen «Dixi» ni «Pixi»; será su señoría, el senador Van-Halen, precisamente porque estamos en una Cámara de representación democrática en nuestro país, precisamente porque estamos en el Senado.Y desde ahora le adelanto que ese modelo de intervención, con alusiones pretendidamente ingeniosas acerca de las personas, en este caso de mi persona, si quiere, se las puede ahorrar, porque no voy a contestarlas."
En fin, ¿dónde están los asesores cuando se les necesita?... ¡Marditoh roedoreh!.
Dejémoslo por el momento, pero amenazo con retomar el tema de las pifias varias...

CAMBIO DE GUARDIA

"[...] y monstruo humano me nombres,/entre asombros y quimeras,/soy un hombre de las fieras,/y una fiera de los hombres[...]"

La luz me ciega. En este instante sólo veo nubes. Da igual, veo nubes. No me toques, estoy tratando de ubicarme. Ahora que me he incorporado reconozco la cubierta del barco. Así que al final conseguimos llegar a tiempo al puerto y hemos tomado el dichoso barco.
Siempre terminas saliéndote con la tuya, maldito bribón, pero yo vengo preparada para el desastre. No conseguirás ponerme un dedo encima. Estoy cansada de todo lo que he tenido que aguantarte durante años por tan sólo haber cometido el error de darte un sí quiero.
Me duele la cabeza, me palpitan las sienes y sospecho por qué. Por suerte o por desgracia no tengo un espejo a mano para comprobarlo, pero te conozco demasiado bien. Tranquilo, no tengo prisa, he aguantado mucho tiempo y no pienso estropearlo todo por la precipitación. Pero ya te adelanto que embarcarme a la fuerza en este maldito crucero ha sido el peor error de tu vida.

Al principio pensé que con paciencia podría superarlo, pero cuando naces siendo una bestia asesina, no hay nadie que te pueda hacer cambiar. La primera vez me cogió de sorpresa y no supe reaccionar. De lo contrario habría sido la última, lo sabes tan bien como yo. Pero como no lo atajé el terror hizo presa en mí. De ahí en adelante tenías campo abierto.
Con tu lengua venenosa me hiciste creer que todos los golpes te dolían más que a mí. El castigo era para ti, pero te veías obligado a hacerlo. Incluso llegué a tragarme ese estúpido cuento de que era yo con mi comportamiento lo que provocaba tu ira.
Ese fue el principio de la anulación. Dejé de ser persona para ser objeto, comencé a ser una autómata que actuaba según el patrón de lo que tú entendías como una vida ordenada. ¿Y todo para qué? Para tenerte contento, para hacerte feliz y para que esa felicidad revirtiera en mí. No quería hacerte enfadar para que no tuvieras que pasar por el mal rato de darme otra paliza.
Pero cuando aquel día me agarraste el cuello sin que el aire pudiese llegar a mis pulmones, todo cambió. No me atreví a preguntarte por qué habías tenido esa reacción nada más cruzar la puerta de nuestra casa, por no hacerte enfadar más. Desde entonces vinieron más golpes sin motivo. Pero para tranquilizarme, de nuevo te hiciste la víctima ante mí.
Después de cada episodio te cuidabas bien de curarme cada una de las señales que dejabas en mi cuerpo, cada moratón, cada magulladura, la repasabas con amorosa afición, como si yo estuviera viviendo mi particular pasión, mi propio descendimiento de la cruz. Después me embotabas la cabeza con esas falsas promesas de arrepentimiento y de no volver a hacerlo.
No eran falsas porque no te las creyera en el momento. Después de cada atentado estaba convencida de que era el último. Pero mis ilusiones se volvían falsa realidad tarde o temprano, pues volvías a ponerme la mano encima sin ningún tipo de miramiento. Cada vez era más frecuentemente, por cierto, porque ya no necesitabas buscar excusas en mi comportamiento, con las estúpidas promesas me valía.
Y yo me agarraba a la esperanza de que cambiarías, de que tú no eras así, que era una mala racha. Que volvería a encontrarme con ese hombre dulce que me conquistó, ese tipo genial que cae bien a todo el mundo y que es la envidia de todos. Menudo diamante negro, ojalá no hubiera tenido nadie que cargar con esta joya maldita.
Tu madre también me ayudaba a seguir afrontándolo, dale otra oportunidad, seguro que no ha sido para tanto, aguanta hija, que todos los maridos nos ponen la mano encima. Señora, eso es denigrante, nadie tiene que poner la mano encima a nadie; pero a mí su hijo me ha puesto la mano, el pie, algún que otro jarrón y hasta un cuchillo.
Y, aún así, seguí pensando que la mala racha pasaría. ¿Mala racha? Esta está durando ya veinticinco años.

Ya se ha hecho de noche, espero que hayas disfrutado del barco, porque pronto vas a despedirte de él; me has hecho un favor pasándote la noche de borrachera en el bar. Y del mundo. Justo en el cambio de guardia pienso empujarte por la borda y desaparecer rápidamente, como lo hicieron mi orgullo y mi amor propio.
No tengo nada que perder. Si todo sale bien, terminarás muerto y yo podré ser libre al fin. Pero si a alguien se le ocurre gritar aquello de “hombre al agua”, terminaré con mis huesos en la cárcel, dónde al fin y al cabo, estaré a salvo de tus manos asesinas, no me parece un final tan trágico. En cualquier caso, espero que el agua del frío océano sea capaz de purificar la maldad con la que me has infringido cada uno de esos golpes.

lunes, noviembre 06, 2006

TODO DEPENDERÁ

¡Oh noche que guiaste!/¡oh noche amable más que el alborada!/¡oh noche que juntaste/Amado con amada,/amada en el Amado transformada!

Esta noche puede ser una noche cualquiera
o una noche distinta a cualquier otra noche,
todo dependerá de la quimera...
Todo dependerá de que tus ojos
cieguen la luz del cielo y, en la bruma,
surja tu luz tan amplia,
tan sincera…
Todo dependerá de que tus labios
susurren, como aquella vez primera,
palabritas de amor,
tan puras…
Todo dependerá de que tus manos
busquen en un segundo mi cintura
y que la abracen firme,
tan fuerte…
Esta noche puede ser una noche cualquiera
o una noche distinta a cualquier otra noche,
todo dependerá de la quimera…

domingo, noviembre 05, 2006

LEILA

"Ven, Jarifa; tú has sufrido/como yo; tú nunca lloras;/mas, ¡ay triste!, que no ignoras./Cuán amarga es mi aflicción./Una misma es nuestra pena,/en vano el llanto contienes.../Tú también, como yo tienes,/desgarrado el corazón."

Trabaja en la calle y su nombre es Leila. Cuando alguien dice que una mujer trabaja en la calle, usa el eufemismo para hablar de prostitución. Podemos decir sin tapujos, ya que no por ello es menos digna, que Leila es puta.
Y es que la dignidad de Leila no está en entredicho, la perdió hace mucho tiempo. Se dedica a pasear por los lugares oscuros a las afueras de la ciudad, a la espera de un cliente que sabe bien donde encontrarla, tanto a ella como a otras compañeras que ofrecen los mismos servicios.
Algunas noches, Leila consigue sacar un buen sueldo, ganado, todo hay que decirlo, a base de esfuerzo y pocos remilgos. Dejando a un lado sus escrúpulos, yace, por decirlo de manera poética, con un sinfín de hombres que no buscan en ella más que dar rienda suelta a un montón de frustraciones que no consiguen poner en práctica con sus amantísimas y decentísimas esposas. A saber qué pensarían ellas si supieran la clase de depravados con los que comparten el nicho conyugal. Perdón, igual hubiese sido más decente decir lecho.
En cualquier caso, Leila es sólo una obrera y no precisamente autónoma, por lo que la mayor parte de su sustento se lo acaba llevando el chulo de poca monta, que no tiene otra función que salvarle los morros si surge alguna reyerta. Eso, siempre en el caso de que él se encuentre cerca y sea capaz de adivinar la situación.
Para hacer justicia, hay que decir que no todos los clientes son unos monstruos. A veces Leila encuentra algún hombre que la vuelve a hacer sentir un poco ser humano. Ellos tratan de no ser bruscos con ella, la acarician, la tratan con suavidad, pero no es capaz más que devolverles una mirada con los ojos vacíos, como de cristal.
Algún artista de la palabra se atrevería a definir a Leila como obrera del amor, señorita de compañía u otras florituras varias que contribuirían a dulcificar su papel. Algún poeta romántico incluso se atrevería a escribirla un poema. Pero la situación de Leila no admite florituras, dulcificaciones, ni rimas de ningún tipo. Ella sólo podría ser la protagonista de una novela de terror.
Porque el verdadero drama de Leila no se parece ni por asomo al de la odalisca esproncediana. Esta se prostituye, es una cuestión de elección, pero Leila nunca tuvo la posibilidad de elegir. Tampoco merece la admiración de una mujer puesta al límite que conserva su dignidad, ya que tiene que prostituirse para sacar adelante algo, aunque sea su propia vida; esto es un caso de obligación y la obligación requiere una dosis de voluntad con la que Leila no pudo contar jamás. A Leila la prostituyen, la han convertido en un simple objeto, como un martillo o una pala. Su dignidad nunca ha sido tenida en cuenta, pues la perdió en el momento en que la soltaron en la calle y la obligaron a venderse. Lo de Leila no es obligación ni elección, es mero sometimiento y anulación, con todo lo que de perversión supone.
Ya ves por qué, lector, el caso de Leila no es digno de ser enmascarado con ningún tipo de treta literaria, es simple y llanamente un caso de crueldad manifiesta. Espero no haberte herido demasiado, porque ahora necesito tu colaboración. No se si te habrás dado cuenta de que Leila es un personaje a medias, quiero que lo construyas conmigo.
En primer lugar, Leila es un nombre que yo he elegido, pero valdría cualquiera por ejemplo Gladys, Rashida o Svetlana. Físicamente puede ser oscura, de un modo más o menos profundo, o blanca y rubia, rayando en lo albino. Porque su procedencia puede ser de lo más variopinta, desde cualquier lugar de Hispanoamérica hasta cualquier punto de África o de la Europa Central y del Este.
Como ves, el personaje de Leila es muy rico, puedes encontrarle muchos matices e identidades. Yo te dejo el trabajo a ti y me retiro a otra cosa. No te preocupes, será fácil; por desgracia, lo que te sobra son ejemplos reales en los que inspirarte.

sábado, noviembre 04, 2006

EXCUSATIO MANIFESTA...

"Chile, fértil provincia, y señalada/en la región antártica famosa,de remotas naciones respetada/por fuerte, principal y poderosa,/la gente que produce es tan granada,/tan soberbia, gallarda y belicosa,/que no ha sido por rey jamás regida,/ni a extranjero dominio sometida."

Permitidme cortar por la mitad y dar la vuelta al latinajo, para hablar de nuevo de la genial Isabel Allende. A pesar del desconcierto que me embargó en las páginas iniciales de "Inés del alma mía", he de decir que hace una semana terminé la novela y, como no podía ser menos, está genial.
Involuntariamente, he aprendido con la Allende la historia de Chile, la contemporánea en "Paula" y la conquista con esta su última novela. También hay que reseñar que entre las dos obras hay un abismo; lógico, ya que creo que la primera es una de esas historias que sólo se puede escribir una vez en la vida, porque se hace desde las entrañas y desgasta mucho.
En fin, sólo quiero recomendaros a la chilena, para que disfrutéis de toda su producción y, de algún modo, agradecerle lo genial que estuvo en la firma de libros. Y mandarle un beso de reconciliación, ya puesto...

viernes, noviembre 03, 2006

OTROS MIL MÁS

"Llamaban ellos salvaje unitario, conforme a la jerga inventada por el Restaurador, patrón de la cofradía, a todo el que no era degollador, carnicero, ni salvaje, ni ladrón; a todo hombre decente y de corazón bien puesto, a todo patriota ilustrado amigo de las luces y de la libertad; y por el suceso anterior puede verse a las claras que el foco de la federación estaba en el Matadero."

Que no te encuentre el sol,
anciano Augusto,
paseando por un Chile meditante,
si es cierto el mal que agrava tu semblante,
ojalá que te lleve hasta la tumba,
pinocho Pinochet, cabro renqueante.
Que no sepa La Habana,
viejo Castro,
pagar con crimen ese rudo encono,
que te lleve la parca
y, sin desdoro,
tu página de historia ya se torne.
Otros mil más,
de todo tiempo y sitio:
Hitler, Sadam, Gadaffi, Mussolini,
Franco, Lenin, Stalin, Hugo Chávez…
Hay tantos nombres como dictadores.

CANTIGA

"Ondas do mar de Vigo/Se vistes meu amigo/E ai Deus se verra cedo."

Mi añorado amigo, déjame decirte
que, sin poder verte, mi vida es muy triste.
¡Y todo habrá sido un sueño!
Mi añorado amigo, deja que te diga
que, sin poder verte, no tengo sonrisas.
¡Y todo habrá sido un sueño!
Que, sin poder verte, mi vida es muy triste,
no olvido los besos que nunca me diste.
¡Y todo habrá sido un sueño!
Que, sin poder verte, no tengo sonrisas,
no olvido los besos que hube en tanta dicha.
¡Y todo habrá sido un sueño!