jueves, diciembre 10, 2009

REALITY BITES O DE PÍLDORAS DEL MUNDO ACTUAL

"Hoy es siempre todavía."

Barack Obama recoge hoy en Oslo el Premio Nobel de la Paz, un premio no exento de polémicas. Repleto de polémicas por la concesión en el pasado de un premio por méritos pacifistas que en alguna ocasión ha recaído en personajes que, como poco, deberíamos calificar de polémicos como Yaser Arafat o Rigoberta Menchú. Polémico en esta ocasión en particular porque es una concesión a crédito, a un personaje que aún no ha hecho nada, un eterno prometedor que, con el paso del tiempo se nos está quedando en eso y más nada... me quedo con la reflexión que escuchaba esta mañana en la ser en boca de Miguel Ángel Aguilar, que comentaba cómo Sir Churchill se las ingenió para ir esquivando el Nobel de la Paz y, sin embargo se encargó de que le concedieran el de Literatura, ya que en la nómina de los primeros hay algún que otro asesino, mientras que en la de estos, quizá haya algún que otro inútil escaso de talento, pero es preferible pasar a la historia como un inútil que como un asesino.



Aminatou Haidar lleva veinticinco días en huelga de hambre y, según dice, dispuesta a llegar hasta el final por sus problemas de pasaporte. No seré yo quien diga que la causa no es justa, Dios me libre, más bien al contrario. Lo que me preocupan son las formas. Si, como suelo decir cuando hablo del terrorismo, matar por una idea no es defender una idea, sino asesinar; aplicándolo a este caso, opino que morir por defender una idea no es defender una idea, sino suicidarse. Es una pura cuestión práctica, vale más un activista vivo que uno muerto. Alguien vivo puede gritar mucho, a los muertos, simplemente, se les acaba tragando su propio silencio.



Algo huele a podrido en Tegucigalpa... llevo resistiéndome meses a escribir una entrada sobre el tema a la espera de que los acontecimientos tomasen un rumbo claro. No voy a entrar en hacer un análisis sobre la legitimidad del presidente depuesto o del superpuesto, aunque tengo una idea bastante clara sobre el tema. Lo que me inquieta de este particular es que en Honduras se ha revivido un viejo fantasma, el del golpismo, una práctica que creíamos ya superada. Y lo que es peor aún, las naciones latinoamericanas no han sabido actuar en bloque de una manera clara, rápida y precisa, que es lo menos que se podía esperar de ellas... esperemos que el suceso no siente precedentes y que luego tengamos que lamentar que de estos polvos vengan otros lodos, si se llega a dar el caso de que por unos interese creados, como siempre, empecemos a derrocar presidentes, imponiendo maniobras que ya creíamos olvidadas en Latinoamérica.