martes, abril 13, 2010

EL CIRCO VATICANO

"No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido." (Mt. 10, 26).

No, si cuando uno no quiere poner un circo, encima le crecen los enanos. Tarcisio Bertone, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma de la Sede Suburbicaria de Frascati, Secretario de Estado de la Ciudad del Vaticano y Cardenal Camarlengo de Su Santidad, ha hablado. Quien quiera saber qué significan todos estos títulos y peroratas, que se vaya a la wikipedia, es curioso, pero bueno, básicamente, para abreviar un poco y simplificar un mucho, este señor es el segundo de a bordo del Papa Ratzinger en el tema político, que no en el espiritual.

Total, que este buen hombre (perdón, olvidé unas comillas) este "buen" hombre (ufff, creo que me sigue faltando otro par) este "buen" "hombre" (ahora sí) va y dice que el tema de la pederastia poco o nada tiene que ver con el del celibato, como han reflejado ciertos estudios, y sí que tiene que ver más con la homosexualidad, según "me han dicho recientemente" dice el tipo.

Eminencia Reverendísima, decir que usted es gilipollas es insultar a los gilipollas. Es usted bobo, eso sí, bobo de solemnidad, como corresponde a su cargo. Mire, pase que ustedes quieran escurrir el bulto de lo del incómodo tema de la pedofilia, pero que echen la mierda para otro lado, eso ya es más de lo que uno pude aguantar. Si Jesucristo supo llevar su cruz hasta el final con la mayor de las dignidades y sin dudar de ella un minuto, tomen ejemplo, que para censurar, reprobar y prohibir, bien que se sirven de la Biblia y dejen los textos e interpretaciones psicológicas a los científicos.

Y decir que la causa de la homosexualidad es la pederastia, es una poco afortunada declaración, además de una burda, falsa y despreciable afirmación. Pero es que, además, viene desde la nula argumentación, hombre, si va a soltar Su Eminencia una perla de tal calibre, dígnese al menos a buscar pruebas y no agarrarse al recurso fácil del tópico trasnochado y la generalización. Porque esto a lo que Su Eminencia se agarra me podría valer a mí para decirle que desde el último de los seminaristas hasta el mismo Papa de Roma, pasando por los distintos escalafones de la curia, son todos ustedes unos maricas reprimidos (Dios no lo quiera, qué vergüenza para el colectivo), unos puteros (lo que les hacía falta a las pobres prostitutas) y unos malditos pedófilos de lo peor (lo siento, pero aquí no me sale para nada la vena irónica).

¿Sabe lo que pasa? Que yo estoy por encima de los tópicos y de las generalizaciones y por eso nunca afirmaré tales cosas. No creo que todos ustedes sean unos malnacidos, creo que, como en todos los sectores, siempre hay algún despreciable y nada más. Pero, eso sí, no se me ponga farruco, porque si las cosas se ponen tensas, nunca podría decirme Su Eminencia que hay algún colectivo homosexual acusado judicialmente de tal delito y, sin embargo, yo sí podría decirle que dentro de su institución ya van unos cuantos acusados y algún caso condenado.

Su Santidad, me temo que se le está escapando el tema de las manos. Claro, que, dada la actitud de silenciar casos y resolver por la Justicia Divina lo que es un delito grave y asqueroso en la Humana, cuando usted no era Benedicto, sino Ratzinger, es lo que trae. De aquellos polvos vienen estos lodos, aunque bueno, ustedes en temas de polvos no tienen mucho que decir, al menos en teoría...

En fin, Santidad, Eminencia, dejen ya de insultar la inteligencia de la feligresía, porque actitudes y afirmaciones completamente despreciables de su parte, hacen que luego se produzcan comentarios como los que refería en la entrada anterior.

lunes, abril 12, 2010

PASEN Y VEAN O EL CIRCO NICA

"En llegando a esta pasión/un volcán, un Etna hecho/quisiera arrancar del pecho/pedazos del corazón:/¿qué ley, justicia o razón/negar a los hombres sabe/privilegio tan suave,/excepción tan principal[...]"

Vivir para ver. Enlazo a este artículo de un medio nicaragüense:

http://www.laprensa.com.ni/2010/04/11/nacionales/21463

En fin, que yo no digo nada sobre el artículo, que me parece estupendo y refleja una realidad triste, dura... jodida, vaya, pero realidad al fin y al cabo.

Lo que pasa es que me toca las narices un poco por dos razones, la primera porque Nicaragua me es una tierra que he aprendido a querer por diversas razones, segunda porque yo fui padrino-testigo de la boda de los protagonistas del artículo. Y no me cabe en la cabeza que la noticia haya generado semejantes comentarios, fruto de una mentalidad tan aviesa que ha dejado escrito a golpe de tecla tales barbaridades.

Total, que como mi cabreo supino me hará extenderme en demasía y me faltará espacio en el comentario, he decidido poner allí un enlace a esta entrada, en la que pretendo hacer un poco de pedagogía, si es que soy capaz, y asi dejo también abierto a que se me pueda responder en los comentarios. Por cierto, si alguien que nunca lo haya hecho deja algún comentario en este blog, advierto que no aparecerá publicado hasta que yo lo autorice: me permito esta censura porque no quiero que nadie insulte gratuitamente desde aquí; todo comentario, a pesar de que sea contrario a mis ideas, será publicado siempre que venga desde el respeto y, a ser posible, bien argumentado.

A ver por dónde empiezo para no mentarle a nadie ninguna parentela y decir todo lo que quiero decir desde una aparente serenidad.

En primer lugar, se nota a la legua que la mayoría de la gente que ha escrito esos comentarios no ha tratado jamás con ningún gay o, yendo más allá, quizá ni siquiera lo saben, porque un gay no es más que un señor normalito y corrientucho que a la hora de establecerse en pareja o de ejercer su vida sexual, lo lleva a cabo con alguien de su mismo sexo. Lo demás son tonterías, folklore, leyenda urbana y tópicos rancios y trasnochados. Y una vez dicho esto, a dar estopa se ha dicho...

A ver, en el plano fisiológico y mental, la homosexualidad no es ninguna enfermedad, y no es considerada como tal desde 1973, así que yo ya soy de los que nació sanito, no me dieron el alta en ningún momento. Y si lo dice la OMS, que rechiste quien quiera, pero son más graznidos que otra cosa. Esto para la gente con ínfulas de patólogos que nos tacha de enfermos.

Ahora vamos con los fanáticos religiosos. A priori hay que decir que mi postura es que yo no tengo ningún tipo de problema con la Iglesia, en este caso con la mía, la Católica, Apostólica y Romana, son más bien ellos quienes lo tienen conmigo. Así pues, quien tenga problemas que los resuelva o aprenda a vivir con ellos.

Ahora, que escudarse en la Biblia para atacar la homosexualidad... pues bueno, es una opción. Pero claro, que si la usamos para esto, igual habría también que lapidar a las adúlteras y a las prostitutas, felicitar a los maridos y padres maltratadores... esto quizá estaba muy bien visto hace muchos siglos, pero ahora... está visto que hay mentes que no evolucionan. Por otra parte, la Biblia, a la que yo respeto, es ese libro tan formidable que incurre en tantas contradicciones como el ojo por ojo y diente por diente, para decir mil páginas después aquello otro de poner la otra mejilla, así que igual habría que poner un poquito en cuarentena ciertas afirmaciones que contiene. Y eso por no entrar en cuestiones más técnicas de interpretación y traducciones.

Pero vaya, que por lo demás, si lo que más os preocupa es que acabemos todos en el infierno, dejadnos allí, que cada palo aguante su vela, ya nos encargaremos nosotros de amenizar nuestra eterna condena. Aunque es una pena que se pierdan ustedes la mejor parte de nuestra religión: aquello de amaos unos a otros como yo os he amado, todo lo que tiene que ver con un Dios lento a la ira y rico en clemencia, con capacidad infinita de perdonar.

Y si de proponer textos para defender posturas se trata, pues yo propongo mi Constitución, mi Código Civil y hasta la Declaración Universal de Derechos Humanos y aquí paz y después gloria. Y mejor aún si no mezclamos lo humano y lo divino, que como dice la Biblia: "A Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César".

Por lo demás, no me considero un monstruo, un depravado, un criminal, ni nada por el estilo por acostarme con quien me dé la gana. Tampoco me considero el responsable de la perversión de la sociedad ni, en último término, causante del apocalipsis. Creo que en esto tienen más que ver las mentalidades intransigentes que hacen ciertas afirmaciones gratuitas, pero bueno, es una opinión.

En fin, que cada uno diga lo que quiera y piense lo que le venga en gana, pero siempre desde el respeto, la lógica y la razón, las ideas si no se argumentan son enunciados vacíos. Nunca pensé que tendría que hacer estas afirmaciones a estas alturas de mi vida, lo tenía tan olvidado...

NORTE, SUR, ESTE Y OESTE

"Sei que o mundo ainda me debe destrezas pra namorarte/[...]que o días xa non son ceibes se non serven pra beixarte/[...]Se eu che poidera contare este lamento do amar/contarche o soño dos soños: a túa pel ao despertar"

Mientras, sólo pienso en el momento en el que pueda abrazarte, el tiempo en el que estar contigo no sea mi mayor preocupación.

Y, entre tanto, entendiéndonos sin entendernos, tratando de hacer puentes sin ríos y mares sin playas, arrojándonos al vacío sin temer a la caída... luchamos, luchamos...

No perdamos el Norte.

lunes, abril 05, 2010

100 AÑOS

"Allá donde se cruzan los caminos/donde el mar no se puede concebir/donde regresa siempre el fugitivo/pongamos que hablo de Madrid"

Cien años de Gran Vía, que dan para mucho. Para demasiado, para triplicarme la edad y aún sobrepasarme otra década.

Adoro Gran Vía, de un tiempo para acá se ha convertido en un refugio, mi paraíso de paz. Es un paseo de tu mano, de tu brazo, recorriendo su kilómetro y medio arriba y abajo, una y otra vez, sin que caminar consuma mi energía.

Gran Vía ha visto nuestra primera escapada de enamorados, nuestra Luna de Miel improvisada, esa que preparamos incluso antes de estar juntos. Ha sido ese oasis en medio de un desierto de dudas e incertidumbres, donde hemos encontrado el descanso del guerrero.

Se escindió del mapa, se elevó a los cielos y nos dejó escapar del mundo así como si nada, como si la magia fuese algo de lo más cotidiano. Gran Vía arropó nuestros sueños y promesas, tú con tu enfanterriblismo de urbanita impenitente y yo con mi calma rural entrevetada de rebeldía, hemos encontrado aquí nuestro común paraíso.

Yo nunca he estimado especialmente Madrid, ha sido un lugar al que nunca he tenido una simpatía ni antipatía especiales. Sin embargo para ti llegó a ser la panacea... aunque llegaste a darte cuenta que ni tú ni yo tenemos razón y que conviene reservar rincones especiales para momentos especiales, que donde se está bien para pasear no se está bien para vivir y viceversa.

Gran Vía seguirá cien años más, entre luces y sombras, entre tráfico y gentes, entre sueños de ayer y deseos de un mañana que llegará, haciendo del presente momentos mágicos, íntimos, en los que un par de locos puedan pasear su amor lejos del mundo que a veces tanto molesta...