"En esta orilla del mundo/lo que no es presa, es baldío,/creo que he visto una luz/al otro lado del río.//Y yo muy serio voy remando/muy adentro sonrío,/creo que he visto una luz/al otro lado del río.//Y sobre todo creo que/no todo está pedido/¡tanta lágrima, tanta lágrima!/y yo soy un vaso vacío//oigo una voz que me llama/casi un suspiro:/rema, rema, rema.../rema, rema, rema.."
Van dos de doce volando. Y un azul... que nos separará durante un par de hojas de calendario. Y pienso en ti y se me viene un tango a la cabeza, con la frente marchita, con las nieves del tiempo golpeando tu sien... que dos años no es nada. ¡Qué te lo digan a ti!
También me acuerdo del maestro Sabina, por aquello de que en Macondo comprendió que al lugar donde has sido feliz no debieras jamás de volver. Que tu Macondo no será igual que cuando lo dejaste, eso ya lo sabes... y yo procuré en advertirte hace tiempo del choque con la realidad que iba a suponer este retorno, porque cuando nos vamos de un sitio por mucho tiempo, creemos a veces que este se para allí... pero la vida sigue su curso en todo momento.
Y no sé cómo, rememoro a Kavafis y esa Ítaca suya, ese periplo largo que desea al viajero... creo que el tuyo, al contrario de lo que piensas no ha empezado en Barajas, más bien comenzará cuando pises, de nuevo, el suelo que te vio nacer, que te vio crecer. Será un largo periplo y, quizá en algún momento te des cuenta de que eso ya no es tu Ítaca, sino tu Odisea, el periplo que te traerá, al voltear dos hojas, de nuevo a tu casa.
P.d.: el título de la entrada... pues viene también de cosas que se le vienen a uno a la cabeza, es una frase latina, que significa lo que significa, porque es obvio y me viene al pelo, y que me suena mucho porque la ponían de ejemplo cuando estudiábamos gramática latina. Reminiscencias de juventud.