jueves, octubre 25, 2012

OCTUBRE

"Cuando alguien se va/el que se queda/sufre más"

Nunca me he considerado un esclavo del calendario, pero he de reconocer que mi vida está marcada por Octubre, que, aparte de ser el mes en que nací, siempre me trae amores y desamores, tiempos y contratiempos que vienen a hacer de mi vida algo poco menos que convulso.

Al borde de los treinta y dos, confieso que he vivido y, lo que es mejor, ni siquiera me arrepiento un ápice. Y habrán de reconcerme el mérito, teniendo en cuenta que no estoy hablando desde uno de mis momentos más lúcidos.

A riesgo de que todo pueda ir a peor, que no digo yo que no lo haga, en los meses que quedan, el 2012 que vino del cielo a salvarnos ha resultado ser un año de lo más movido. He perdido a personas importantes en mi vida, en mi día a día, que se ha ido de forma natural, como debería irse todo ser humano.

He descubierto que los sueños son bonitos mientras no te empeñes en seguir soñando; que la gente de tu alrededor piensa primero en sí mismos y luego en ti si les queda hueco; que uno tiene que jugar sus cartas hasta el final sin desfallecer, porque hasta el final la partida no está ganada, pero si ves que tu pareja va de farol y no te avisa, es mejor tirar los naipes en el tapete y esperar hasta la próxima.

He aprendido que el engañado es más digno que el que engaña, pero, al fin y al cabo, también es el que más pierde y que hay que poner la otra mejilla, pero siempre con la mano levantada, porque lo más probable es que la intención de quien tienes enfrente y ya lo hizo una vez sea rompértela de nuevo.

En fin, que no hay mal que por bien y no venga y ahora soy capaz de quererme mucho más, mejor y con menos remilgos. Espero que cuando acabe el día y termine la cita que tengo esta noche pueda decir lo mismo. Porque hoy hace tres años que comenzó el cuento del principito y tras varias guerras y tempestades, volvemos a encontrarnos cara a cara, no sé si para un tratado de paz, una simple cordial entente o una alianza, sino eterna, duradera.

miércoles, octubre 03, 2012

RESURRECCIÓN

Después de decir esto, gritó con voz fuerte: «¡Lázaro, ven afuera!». El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: «Desátenlo para que pueda caminar».

Ya estoy aquí, de nuevo. De hecho, había muerto, pero he resucitado. Dos años de ausencia y tres de vivencias.

He visto mundos que no podríais siquiera imaginar, he vivido vidas que no me correspondían, he existido en un cuento de príncipes valientes y príncipes cobardes, de principitos y príncipes destronados, de príncipes incas y príncipes europeos.

Pero hay que saber decir hoy y saber decir basta. Hay que posicionarser y moverse y no echarse a dormir más de lo necesario. Hay que volverse loco y volver a la cordura cotidianamente, sin dejar que una te maneje más que otra.

Quizá un mañana extrañe, pero ahora, que me he reconciliado conmigo mismo, que me encuentro siendo yo, un poco más yo por repensarme y un poco menos yo por más vacío. Ahora me visto con mi hábito azul y negro, vuelvo la vista atrás y no me quejo, pongo el ojo en el hoy y lo disfruto y miro hacia el futuro y hago muecas de sonrisa.

Esperadme, siquiera un minuto más, que estoy resucitando.

P. S.: Vaya, me han cambiado el azul.