"[...] esto es amor; quien lo probó lo sabe"
A veces creo que esto no está pasando... y a veces hasta me da miedo despertar, por si soñase...
¿Por qué tiñes mis letras de puntos suspensivos y haces que mis palabras suenen a balbuceo? Tu ceceo incensante, tu calor de otro ecuador, te hablo del geográfico, no del que circula alrededor de tu cintura cuando te rodeo con mis brazos. Ya no escucho más música que la cadencia de tu acento.
Si titubeas, yo piso firme; si yo dudo, tú sentencias. Si me pones ojos tristes, te devuelvo una sonrisa, la trasplanto de tus labios a los míos y mis ojos pueden volver a ser felices. Si me obceco, abres de par en par mi mente; si te ofuscas, sé llevarte de nuevo al camino más llano. Si me pides la luna, te regalo un espejo; si te pido tu boca, me la das sin reproches.
En cuanto a ti y a mí, todo está escrito, existe hace ya tiempo, se llama cuento de hadas. Se llama verso libre, se llama soleares, y se llama baile de negras, bautizado sin agua, al son de la marimba, al ritmo de caderas... Suena a nahuatl mezclado con haches aspiradas y a extremeño con mezcla de letras imposibles, a versos de Darío, de Lorca enamorado, a romancero viejo y texto del Güegüence.
A veces no me explico cómo tanta potencia puede caber en pecho y en corazón humano. Pero hoy no me pregunto, intento no dudarte, tan sólo quiero seguir teniéndote a mi lado por si una vez al año quisieras preguntarme (por una vez al año no te contestaría que tú) aquella letanía que gritamos al aire: ¿Qué causa tanta alegría?.
