"¡Oh, padres! ¡Oh, tutores! ¡Oh, maestros,/los que educáis la juventud sencilla!/Sigan senda mejor los hijos vuestros, [...]"
No quiero hacerte feliz,
tan sólo quiero hacerte hombre.
No curaré tus heridas,
he de hacerlas escocer
con las yemas de mis dedos.
Te dejaré llorar solo,
si tienes fuerzas y lágrimas,
no voy a enjugar tu llanto.
Corregiré tus palabras
sin ninguna concesión
y plena malevolencia.
Me enfrentaré con tus sueños
y te haré pisar la tierra
para hacerlos realidades.
Y todo lo haré queriéndote:
queriéndote me haré fuerte,
queriéndote te haré fuerte,
queriéndote te haré hombre;
pero sólo tú te harás feliz.
tan sólo quiero hacerte hombre.
No curaré tus heridas,
he de hacerlas escocer
con las yemas de mis dedos.
Te dejaré llorar solo,
si tienes fuerzas y lágrimas,
no voy a enjugar tu llanto.
Corregiré tus palabras
sin ninguna concesión
y plena malevolencia.
Me enfrentaré con tus sueños
y te haré pisar la tierra
para hacerlos realidades.
Y todo lo haré queriéndote:
queriéndote me haré fuerte,
queriéndote te haré fuerte,
queriéndote te haré hombre;
pero sólo tú te harás feliz.
4 comentarios:
Este me gusta mucho, me parece brutalmente real.
Cuántas verdades en estos versos. Nadie se hará hombre porque lo haga otro. Enseñar a pescar en vez de dar el pez, es el mejor regalo de amor que le podemos dar a alguien.
Un abrazo
Exacto, Vade, brutalemente real, este se lo escribí a un chaval con el que estuve saliendo que era bastante dependiente de mí, por eso es tan crudo, porque pretende ser directo. Un besito.
Bettina, esa es la clave, hacer a la gente individuos independientes y no dejarles que se autoalienen, porque la posición cómoda es depender de alguien a quien poder culpar de tus fracasos. Un abrazo.
Querida Natalia, si te dice algo esa frase, si te sirve de algo, quédatela, es un regalo. Un beso.
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