viernes, noviembre 21, 2008

APUNTES SOBRE HISPANOAMÉRICA (II): LA IDIOSINCRASIA HISPANOAMERICANA

"De factores tan descompuestos, jamás, en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas."
Siguiendo con la aproximación conceptual al mundo hispánico, analizaremos ahora ciertos conceptos que creo que deben ser tenidos en cuenta a la hora de acercarnos a su realidad. Mi intención, en un principio, era resolver el entramado conceptual en una sola entrada, pero debido en primer lugar a la extensión y en segundo a mi intención de entrar a paso no forzado en la materia, me he decidido a hacer una primera muy descafeinada, casi de manual de colegio y después esta otra, mucho más concreta y quizá más polémica, en el sentido de que, a pesar de mi intención de ser lo más objetivo posible, no puedo negar que la realidad que conozco, desde la que parto, no puede dejar de influirme. Entremos, pues, en materia:
- Primer Mundo, Segundo Mundo y Tercer Mundo: Si bien estos conceptos nos son bastante familiares, por la difusión en los distintos medios de comunicación, hablamos de un Primer Mundo, países cultural y económicamente desarrollados, frente a un Tercer Mundo de países subdesarrollado en los mismos campos. El término Segundo Mundo es algo más complejo; tradicionalmente, en la época de la Guerra Fría, era aplicado al bloque de países de la llamada "experiencia socialista" o socialismo real, caracterizados por una economía desarrollada, basada en la propiedad pública, y un desarrollo cultural y tecnológico nada despreciable. Pero con la caída de la URSS y sus satélites de Europa del Este el término cayó en desuso. Hoy día el término ha quedado reducido a denominar a los países en vías de desarrollo o a aquellos que, de una manera u otra, están relacionados con el socialismo. En el caso de Hispanoamérica, vamos a observar que, en uno de los bloques, ambos elementos confluyen. En este sentido la realidad no es uniforme en el territorio hispanoamericano. Frente a países completamente capitalistas y con fuertes economías desarrolladas, podemos encontrar no pocos en vías de desarrollo y alguno que pudiésemos considerar subdesarrollado. Es más, dentro de las propias economías más o menos desarrolladas, podemos encontrar una serie de notables diferencias entre poblaciones rurales y urbanas y una fuerte estratificación de clases; podemos decir, por lo tanto, que prima la desigualdad, en sociedades con una escaso porcentaje de clase media, un reducido grupo de clase alta y una mayoría de clase baja.

- Individualismos nacionalistas y Panamericanismo: Lógicamente, los principios de fermentos independentistas en las colonias partían de un sentimiento de individualización frente a la metrópoli y una necesidad de afirmar la propia identidad. Esto se verá reflejado muy pronto en el ámbito cultural, con diversas manifestaciones en las que cada nación exhibe o canta las glorias pasadas, sentando las bases identitarias que les llevará a ser una nación entendida en el sentido moderno. Pero, a la vez, desde tempranas etapas del proceso independentista, se ha intentado fomentar un sentimiento de cierta unidad supranacional, basada en elementos como la vecindad, lo común de la cultura y la lengua y la posibilidad de comercio. Ya el propio Simón Bolivar en 1826 convoca en Panamá a todas las recién creadas repúblicas americanas, sentando así las bases del panamericanismo. También sienta las bases del comportamiento respecto a este fenómeno de los Estados Unidos de Norteamérica, que declinó la asistencia, pero este punto lo desarrollaremos más adelante cuando veamos el fenomeno del "yankismo", centrándonos ahora en los esfuerzos panamericanistas de la américa hispana. De aquí en adelante, Hispanoamérica se ha visto "condenada" a entenderse, preservando sus identidades nacionales, pero sin dejar de lado a los vecinos a los que culturalmente se siente unida. Otros hitos del panamericanismo pueden ser la denominada Unión Panamericana, que podemos situar entre el último tercio del siglo XIX y mediados del XX, con una mayor presencia del vecino del norte con actitudes más intervencionistas y proteccionistas que unitarias. A pesar de esto, entre las naciones que nos ocupan, se lograron amplios acuerdos y avances en temas legales, comerciales, militares y de cooperación, sirviendo también de punto de encuentro para sofocar ciertos problemas territoriales y diplomáticos que se plantearon entre ellas. La Unión Panamericana da paso en 1948 a la O.E.A. (Organización de Estados Americanos), que, a pesar de seguir su andadura y conseguir importantes logros en el terreno social, pierde peso a partir de la expulsión de Cuba en 1962, básicamente por presiones estadounidenses, lo que da lugar a un nuevo concepto de panamericanismo promulgado por la nación caribeña y que buscará aliados mirando más a la américa hispana en contraposición al enemigo anglosajón. El nuevo panamericanismo imperante hoy día, a pesar de contar no pocas veces con el amparo de la O.E.A., tiende a buscar posiciones bilaterales, vecinales o hispanoamericanistas en lugar de un panamericanismo total y efectivo. En conclusión, la américa hispana, trató de conservar una unión supranacional desde un principio, a pesar la de necesidad de afirmar las identidades nacionales que darían paso a su indepencia. Su intensidad se asienta en movimientos pendulares de unitarismo y afirmación nacionalista en diversas épocas de la historia, como puede pasar con el europeísmo en nuestro continente. El panamericanismo es, además, un sentimiento que deja a la luz una brecha sustancial, mientras que el bloque latino y, más concretamente, el hispano, tiende a entenderse y no fragmentarse, basándose en la identidad común lingüística y cultural; las relaciones se hacen mucho más difíciles cuando el componente anglosajón entra en escena, veamos a continuación qué es el yankismo en produndidad.

- Yankismo, Europeísmo e Indigenismo: Como ya hemos visto en el apartado anterior, a pesar de los esfuerzos por un panamericanismo real y total por parte, sobre todo, de las naciones de América Latina, Estados Unidos ha tenido siempre una posición bastante reticente en este campo. Básicamente, la relación continental de los Estados Unidos de Norteamérica, se ha regido a lo largo de su historia por la llamada Doctrina Monroe, expuesto por el presidente que le da nombre el 2 de Diciembre de 1823. Por decirlo de un modo muy resumido, la doctrina Monroe plantea dos líneas principales. Por un lado repudia el intervencionismo europeo en las recientemente independizadas repúblicas americanas, así como la instauración de sus formas de gobierno e instituciones, y se reserva la potestad de conquista de todos los territorios vírgenes de Norteamérica. Por otro lado, establece la tendencia diplomática de Estados Unidos hacia la escasa o nula implicación en complicadas alianzas de política exterior, justificando así no emprender acciones de ningún tipo en Europa ni sus colonias. Ambas posturas, como puede verse, no dejan de entrar en contradicción, de manera que la Doctrina Monroe ha sido esgrimida para fines tan enfrentados entre sí como negar la cesión de territorios de Estados Unidos a países europeos y anexionarse territorios que antes pertenecían e ellas, no acudir a la cumbre panameña de Bolívar y reservarse los derechos a controlar con exclusividad el canal de Panamá, intentar un panamericanismo total mediante la creación de la O.E.A. y a la vez presentar una política exterior intervencionista con los países hispanoamericanos con la excusa de frenar la expansión comunista, como el caso cubano o las intervenciones en Nicaragua y la lucha con la contra nicaragüense, el derrocamiento de Allende en Chile, Arbenz Guzmán en Guatemala, Noriega en Panamá y, más recientemente, el caso de Aristide en Haití. Las relaciones de Estados Unidos con los países latinoamericanos, en general, han sido bastante contradictorias, a veces interviniendo en la política interior de estos, no pocas veces, por cierto, con la aquiescencia de ciertos mandatarios. Las líneas de intervención de Estados Unidos son claras: lucha contra las políticas de corte comunista y salvaguarda de sus intereses geopolíticos. De esta suerte, resulta el general antiyankismo de ciertos estados o sectores hispanoamericanos, no pocas veces ligados a ideologías de izquierdas, o el americanismo acérrimo de otros sectores en relación con intereses comunes; opciones ambas, que pueden fluctuar incluso en un mismo estado en distintos gobiernos y que se acrecenta más en función de la cercanía geográfica que se tenga al Norte continental, digamos que es un tema de bastante calado sobre todo en Norte y Centroamérica y la zona Caribe.
El europeísmo, sin embargo, es más característico del cono sur. También las simpatías y antipatías hacia el Viejo Continente han sido fluctuantes a lo largo de la historia de los estados hispanoamericanos. Partimos desde el rechazo visceral en la época colonial que llevó a la independencia, enfocado sobre todo contra las potencias dominantes. Sin embargo queda un poso psicológico bien definido en el componente cultural de ciertos pueblos que ven a Europa como cuna de la civilización moderna y símbolo de un primer mundo completo sin el estigma del capitalismo feroz que puede representar Estados Unidos. Pondremos el claro ejemplo de la zona rioplatense, que debido al fuerte desarrollo y a la escasa población indígena, unida a las altas cotas de población inmigrante, sobre todo en el siglo XX, proveniente del continene europeo, tiene muy a gala ser la Europa del Nuevo Mundo. Se dice que Buenos Aires es la capital más Europea de América. Pero no hay que olvidar que lo que para unos es un orugullo, para otros representa un fuerte rechado debido a lo que supone de negación de las propias raíces históricas más profundas, una eterna controversia en el área de la América Hispana.
Cuando hablamos de indigenismo, podemos decir que tampoco es algo nuevo, ya el propio Fray Bartolomé de las Casas y otras voces afines apoyaron, de manera muy "suis generis" si se quiere, el trato hacia el indio y el lugar que este ocupa en la economía y en la sociedad. Sin embargo, en el siglo XX, movimientos indigenistas, reclaman el derecho de los pueblos aborígenes a formar parte activa del desarrollo y conjunto de la sociedad de determinados estados, a tener un lugar. Este movimiento es desigual en el continente, pero tengamos en cuenta que existen estados como Bolivia o Guatemala, donde la población indígena es muy importante y, por ello, reclaman protagonismo en el devenir histórico y cultural del país. Esto, sin embargo, no plantea mayores problemas en otros contextos estatales. Se trata muchas veces del eterno equilibrio, difícil de alcanzar, entre la conservación de tradiciones y modos de vida, con lo que suponen de afirmación nacional, y el progreso hacia una globalización imperante, que desvirtúa, pero de la que si no se forma parte, puede conllevar procesos de marginación.
En resumen, el problema identitario Hispanoamericano se debate en tres frentes amplios, de mayor o menor peso según la situación geográfica y la propia historia de cada estado: la afirmación o alejamiento de las raíces indigenistas, la mirada hacia el otro lado del océano como ejemplo de civilización, pero a la vez, con, no pocas veces justificados, resentimientos de índole histórica y las no siempre fáciles y apetecibles relaciones con la potencia del Norte; todo ello aderezado con la tendencia a mantener relaciones fraternales con los similares en cultura e historia, sin dejar por ello de tener una individualidad estatal, como apuntábamos en el apartado anterior.

- Militarismos, Paramilitarismos y Populismo: el militarismo ha sido, no pocas veces, la lacra de las sociedades hispanoamericanas. Raro es el estado que, en algún momento de su historia, no ha sufrido la toma del poder, las menos veces de forma pacífica, las más de forma golpista, por parte del estrato militar. Quizá la fuerte separación entre poderes civiles y militares en los países americanos, hace que, a la más mínima oportunidad, basándose en motivos de seguridad nacional o de inestabilidad de la patria y conceptos semejantes, los militares tomen el poder y se perpetúen en él, derrocándose incluso un gobierno militar por un golpe de otro. Por una parte, son regímenes fuertemente autoritarios y bastante antisociales, que tienden a perpetuarse en el poder a espaldas del pueblo. Por otra parte, suelen traer aparejados gran cantidad de episodios sangrientos, crímenes contra la humanidad... Si bien parece que a partir de la década de los ochenta la tendencia de los golpes militares en hispanoamérica ha desaparecido, no es más cierto que cada vez que se dan casos de cierta inestabilidad política, no dejan de escucharse rumores de intervenciones militares. A todos se nos vienen a la memoria ciertos nombres como Noriega, Videla, como no, Pinochet, pero también Castro o Chávez (si bien este último es un tirano especial que ha conseguido por las urnas lo que no ha conseguido por las armas), para reconocer que el golpismo militar no entiende de ideologías de derechas o izquierdas.
El paramilitarismo es también un factor integrante de muchos estados hispanoamericanos. Cuando hablamos de paramilitarismo nos referimos a grupos armados organizados a modo de ejército, con sus jerarquías, armamentos y formas de lucha, que están fuera de la ley, actúan al margen de esta y no tienen una filiación oficial con el estado y generalmente luchan en contra de él y sus principios, si bien hay grupos paramilitares que luchan por los fines del estado en el que desenvuelven sus actividades, como una forma de ir más allá, de llegar más allá de donde puede hacerlo la justicia formal. En general estos grupos paramilitares y guerrilleros en hispanoamérica han estado ligados a ideologías de corte revolucionario o independentista valiéndose de su ideología para todo tipo de acciones armadas que no respetan convenios de ingún tipo. Suelen ser movimientos esquivos y enquistados en la realidad nacional, con organizaciones complejas y al frente de los cuales puede haber ideólogos que saben manejar a su grupo de forma inteligente; de tal manera que no es fácil erradicarlas. Se pueden citar ejemplos como Sendero Luminoso, Túpac Amaru, la Contra Nicaragüense o las FARC.
Por populismo entendemos aquellas corrientes políticas que apelando al pueblo como fuente de poder, plantean aversión, a veces real, otras tan sólo discursiva, a las élites económicas e intelectuales, a las corrientes politicas tradicionales y promueven un enfrentamiento de clases, generalmente confrontando a las clases económicamente pudientes con las débiles, a las que hace identificarse con el concepto pueblo con todo lo que esto conlleva. Este es precisamente el mayor pecado de los gobiernos populistas, que crean un enfrentamiento de clases artificial, en lo que se refiere a que es un conflicto que de forma natural no sería tan intenso si no se viera alentado por estos gobiernos, lo que da pie una inestabilidad social de consecuencias inciertas. También, a la larga, son políticos demagogos, cuyo discurso no se ajusta a la realidad que pretenden para el país ya que son políticas muy eficientes e idealistas en el nivel teórico, lo que ilusiona al pueblo y lo cohesiona alrededor de su mandatario, pero muy difíciles de llevar a cabo en el nivel práctico. Otra arma de doble filo del populismo es el hecho de identificar al pueblo con el poder y con quién lo ocupa, de manera que todo aquel que esté en contra del régimen imperante, está contra el pueblo y no puede ser considerado como tal, con lo que quedan relegados a ser antipatriotas, enemigos del estado y cosas similares. Actualmente podemos entender como gobiernos de corte populista a la franja profidel encabezada por Chávez en Venezuela y seguido muy de cerca por Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua. El populismo en la actualidad está fuertemente ligado a las políticas de izquierdas que enarbolan la causa revolucionaria, indigenista o antiestadounidense.

- Catolicismo de la liberación, protestantismo y tradiciones indígenas: El elemento religioso entró en hispanoamérica desde las primeras etapas de la conquista y colonización. El hecho de extender el catolicismo por el Nuevo Mundo fue tomado como una especie de nueva cruzada por parte del imperialismo español con el consentimiento y apoyo de las autoridades vaticanas. Así pues, el catolicismo arraigó pronto entre las comunidades indígenas, además de ser practicado por los inmigrantes provenientes de España. Pero también desde el principio, la Iglesia en Hispanoamérica ha desempeñado un fuerte papel social, en la educación y aculturación de la población indígena, en un principio, y en la actualidad, ejerce sobre todo un fuerte labor social de alfabetización y ayuda, sobre todo en los puntos más rurales y con escasez de recursos. De hecho, este es el germen perfecto para que en el siglo XX surgiera la denominada Teología de Liberación, de cuño Hispanoamericano, que pretende que la Iglesia juegue un papel preminentemente social en favor de los desfavorecidos, dejando en un segundo plano la labor evangelizadora y dogmática al uso. Este movimiento, que ha contado con no pocas críticas por parte de la catolicidad oficial, es, de hecho, la principal corriente funcionalista de la Iglesia Hispanoamericana y da pie a paradojas que nos resultan un tanto difíciles de entender en esta parte del océano, como que la Iglesia simpatice con la izquierda política, dándose, por ejemplo, el caso de un ministro sacerdote, Ernesto Cardenal, que ocupó la cartera de cultura del gobierno nicaragüense entre 1979 y 1987. También esta forma de entender el catolicismo explica el auge que tienen por esas latitudes los movimientos sociales católicos.
El protestantismo, sin embargo, estaba más unido en sus orígenes a la américa anglosajona. La moral y doctrina católicas fueron ampliamente asumidas por los hispanoamericanos en general. Pero hay que señalar que, en la actualidad, esta forma de cristianismo se está abriendo paso, proveniente del norte, sobre todo en la zona mexicana y centroamericana. Las causas, son varias, según los expertos; yo por mi parte, no me atrevo a adentrarme demasiado en tal materia, salvo quizá apuntar que, mientras que la Iglesia Católica se ha asentado y permanece en sus comunidades ya creadas, intentando sobrevivir en ellas y hacerlas sobrevivir, las Protestantes creen y practican la evangelización, buscan a sus adeptos, tratan de convertirlos, los individualizan y tratan como tal, frente a la fuerte concepción de comunidad que conlleva el catolicismo. Además, eso sí, de la mayor permisividad del protestantismo en ciertos sectores como todo lo concerniente a la mujer y a la sexualidad... en estos ámbitos, la Iglesia Católica Hispanoamericana, por más Teología de Liberación que practique y por más labor social que ejerza, sigue siendo Católica, Apostólica y Romana.
En cuanto a las tradiciones religiosas indígenas, hoy sólo podemos hablar de manifestaciones residuales, ya sabemos que la Iglesia Católica cuando evangeliza, lo hace a conciencia. Bien es cierto, por otra parte, que los movimientos espiritualistas del cambio de siglo han fomentado el acercamiento a manifestaciones de corte indigenista, como el chamanismo, la santería, el palo, el candomblé... si bien estas últimas no son tradiciones púramente locales, ya que están más bien mezcladas con manifestaciones provenientes de África y su llegada se produce con los esclavos negros, podemos decir que sí están bastante presentes, sobre todo en la zona caribe, tanto insular como peninsular.
Termina aquí la aproximación conceptual a la realidad de Hispanoamérica, no sé si he logrado dar una completa visión de ciertos factores a mi juicio importantes para comprender la realidad de un continente plural y unitario. En próximas entradas me dedicaré a ahondar en realidades más concretas, buscando dar un panorama de cada estado o grupos de estados que componen lo que conocemos como América Hispana. Quizá he abundado en cosas poco importantes y a buen seguro me he dejado cosas importantes en el tintero. Por eso os tiro el guante para que aportéis y debatáis desde ambos lados del charco, para poder tener una visión mucho más amplia de una realidad tan fascinante como la que nos ocupa.

16 comentarios:

Hals dijo...

Pues mira, me parece que ha atinado en tu objetividad, porque la verdad es que no hay nada que me haya hecho sentir poco indentificado. Al contrario, creo que estoy de acuerdo en todo lo que has mencionado.

RAIKO dijo...

Jeje, Hals, lo que pasa es que tú ya tienes una mentalidad tan europea como la mía, a ti de nica te queda el acento... Un besote.

Hals dijo...

Uy, muchos dicen que ni eso....

RAIKO dijo...

A mí con que me sigas haciendo la traducción simultánea, me vale jeje. Un besote.

BETTINA dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Hals, seguramente porcos hispanoamericanos hubiésemos podido retratar la realidad tan objetivamente.
De todos modos, y siempre hablando desde el trozo de la historia que me tocó vivir, las dictaduras rioplatenses (sponsoreadas desde el norte) siempre tendieron mucho más a la derecha (ultra) que a la izquierda, de hecho al que mayoritariamente por no decir absolutamente, se perseguía era al "comunista", metiendo en el msimo saco, al socialista y al marxista-leninista.
La pseudo-unión de hipsanoamérica se debe lisa y llanamente, al hecho de que tiene un gran enemigo común: los EEUU, sin más. Si ese enemigo común no hubiese existido otro gallo hubiera cantado.
Con respecto al tema indígena hablo casi de oído porque en Uruguay no vanagloriamos de no tener indios desde hace más de un siglo. (os los habési cargado vosotros a principios de XIX!!!). Pero en Argentina son considerados (si es que lo son en realidad) como razas "inferiores", sus reivindicaciones jamás han sido escuchadas ni lo serán. Son objeto de burla, por su forma de vestir, de hablar y sobre todo por sus costumbres, por su extrema pobreza. Y a mi me avergüenza porque si nos ponemos con la verdad, de ellos y solo de ellos es ese territorio. Territorio usurpado a un pueblo que no pudo defenderse.
El rioplatense, es europeo de pe a pa, de la A a la Z, no nos engañemos. Por eso jode tanto cuando venimos y se nos considera "sudacas". El rioplatense es soberbio, se pavonea de sus orígenes europeos como si eso les/nos hiciera ser mejores personas.
hace pocos días alguien me dijo que prefería contratar africanos porque eran más humildes que los argentinos o uruguayos. Y sabes qué? Tiene razón. Porque entendemos perfectamente que a un ecuatoriano, a un nicaragüense, a un colombiano se les trate como ciudadadnos de 3º, pero a nosotros no!
Dentro de HIspanoamérica también existen las "categorías" entre sus propias gentes, no seamos hipócritas y si no que venga cualquiera, de cualquier país y me lo desmienta.
Por otro lado, es un territorio fértil para las "nuevas" religiones. Con la gran inmigración de finales del XIX y principios y mediados del XX, entra el protestantismo, pero luego llegan otras como los Testigos de Jehová, los mormones, y diferentes tipos de sectas. El catolicismo tuvo mucho que ver con las dictaduras del río de la Plata por lo que en mi opinión, per´dió muchos adeptos. La doctrina católica ya no colaba pero la gente necesitaba creer en algo y así es como poco a poco America toda se fue abriendo a nuevas religiones.
Ufff, y mejor no sigo porque además de excomulgarme, igual ya no me vuelven a dejar entrar, y tengo a mi madre allí, jaja
No somos santos, no. Auí , como allí, también se cuecen habas (y de a puñaos!)

RAIKO dijo...

Extremadamente esclarecedor, querida Bettina, como siempre. Me encanta escuchar algo de alguien de por allá que no me haga sentir un europeo chiflado que suelta tonterías en plan teórico... Besotes.

MARIA dijo...

puedes pasar por mi blog, tengo algo para usted, espero le guste.. un beso

RAIKO dijo...

No dejo de pasarme frecuentemente, pero voy ahora mismo. Un abrazo.

mia dijo...

Un beso enorme Raiko... ¡¡Feliz Navidad!!

Le Mosquito dijo...

Se me ha escocido el dedo gordo dándole a la ruedecita y para llegar hasta decirle bajito que felices letras.
Un besazo, Raiko.

RAIKO dijo...

Feliz Navidad para ti también, Mía. Un besote.

Querido Don Mosquito, el sentimientos es mutuo, recíproco y bidireccional. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Felices fiestas, Raiko

Mrs.Doyle

mia dijo...

Para ahora por que empieza... y para siempre...¡¡Todo lo mejor!!

Y empieza este año un nuevo capítulo de la Historia de tu Vida, bello, inmenso.... Un beso

Ra dijo...

Ay, que estamos en febrero... Vuelva, hombre ;)

MuA!

RAIKO dijo...

Querida Ra, ese es el problema, Febrero, que entre curro y exámenes no doy de sí, pero nunca me he ido y siempre estoy volviendo... supongo que en el fondo la vida es un continuo ir y venir... Besotes.

RAIKO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.