domingo, diciembre 31, 2006

FELIZ AÑO NUEVO

"Y en el reloj de antaño, como de año en año/cinco minutos más para la cuenta atrás..."

A pesar de la mala salida que nos deja el 2.006 con la ruptura de la tregua de los asesinos etarras, con dos cuerpos desaparecidos, con la sinrazón rondando de nuevo encima de nuestras cabezas como espadas de Damocles...
A pesar de que han matado a un cabrón dictador y asesino, como lo fue Sadam, sin calcular muy bien los ánimos y atentando contra lo más fundamental de los derechos humanos, el derecho a la vida.
A pesar de todo, quiero olvidar por un momento todo (ya habrá tiempo de reflexionar a partir de mañna) y desearos un FELIZ NUEVO AÑO 2.007. Que sea capaz de colmar cada una de nuestras esperanzas, de materializar cada uno de nuestros deseos, de realizar cada uno de nuestros sueños... Y que nos invada una corriente infinita de amor en todas sus vertientes: divino, humano, pasional, romántico, platónico, erótico, fraternal, universal, cósmico...
COMPARTAMOS JUNTOS 2.007

martes, diciembre 26, 2006

RAZONES QUE NUNCA TE DI

"La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura."

Estas son las razones para no estar juntos, aquellas que no te di nunca, entre otras cosas, porque acabo de encontrarlas, a pesar de que ha pasado tanto tiempo:
- Porque te quiero, pero por fin me quiero más a mí mismo.
- Porque estoy loco por ti, pero he perdido toda esperanza de ser alguna vez cuerdo.
- Porque cada vez que te beso se para el tiempo, pero he decidido vivir con intensidad cada instante.
- Porque dormir contigo es el único descanso, pero ya me he acostumbrado a los insomnios.
- Porque mirarme en tus ojos es un milagro, pero con el tiempo me he vuelto un incrédulo redomado.
- Porque la vida sin ti no tiene sentido, pero he averiguado que hay muy pocas cosas que lo tienen.
- Porque te necesito desesperadamente, pero ya he conseguido quedarme sólo en la necesidad y no en la dependencia.
- Porque simplemente te amo, pero he comprobado que el verbo amar no es casi nunca bidireccional.
- Porque no consigo olvidarte, pero tengo la suerte de tener tan mala memoria...
- Porque eres mi más hermoso sueño, pero ya se sabe que la realidad y el sueño no suelen converger.
- Porque daría mi vida por ti, pero estoy casi seguro de que tú la rechazarías.
- Porque daría todo lo que tengo por ti, pero ya sé que dar nada por nada es un tanto inútil.
- Porque estás hecho a mi medida, pero me he resignado a que las cosas a medida son lujos de muy pocos.

miércoles, diciembre 13, 2006

CÁCERES III: BARROCO

"No vayas tan confiado esa noche,/la vejez quemara y delirara al final del día[...]"

Paso la noche en Cáceres, me pierdo en Barroco. La noche promete, es una de esas cosas que se hacen sin pensar demasiado, de lo contrario no hubiese cogido el coche a las nueve de la noche para ver a mi amigo actuar. O mejor dicho, a mi amiga, mi amiga Innfernna. Es una gran drag, nos conocemos desde chiquititos y si es genial con pantalones, con falda es todo un crack.Recojo a mi amiga de camino y nos plantamos en la ciudad que nos hizo libres y licenciados... Tras la cena en un Mcdonalds (no todo en esta vida tiene que ser glamuroso) acontece la primera sorpresa de la noche. A mi amiga se le ha presentado sin avisar la visita mensual de su amiga roja... Llenos de coraje y bizarría la llevo a empujones a la farmacia veinticuatro horas a comprar tampones. Y luego lo llaman cosas de mujeres...A todo esto, Innfernna no da señales de vida para decirnos a qué hora es la actuación. Yo lleno de coraje y bizarría, arrastro a mi amiga ya tamponada hasta la puerta de Barroco, dispuesto a no moverme de allí toda la noche, ya se abran los cielos o los infiernos...Hace más de un año que no piso ese local. Dentro de los locales de ambiente (si se pueden llamar así, porque en Cáceres lo más que hay son locales mixtos) que nos han tocado a mí y a mi generación, Barroco ha sido siempre el segundón. Nació, ya de hecho, con vocación de ello, pues el local por antonomasia fue siempre Boccaccio, con sus increíbles fiestas "Urban" de los domingos por la noche. Todos los gays, lesbianas, homófilos y heterosexuales de mente abierta nos juntábamos allí el día del Señor, cuando este ya se había retirado a dormir, para ver si podíamos disfrutar de los monólogos de una drag con tendencias viperinas, de gogos moviendo músculos que ni sospechábamos que existieran y de chulos desnudándose y tirando el tanga a la cara de algún afortunado...Y petardeando un mucho, que aunque uno no es muy de frecuentar el ambiente (por nada en particular, no tengo prejuicios), pero soltar un poco de aceite y pluma de vez en cuando relaja de lo lindo. Pero Boccaccio sucumbió a las leyes de ruido nocturno y dejó el trono al eterno segundón, a Barroco.Todavía es un poco temprano, así que el local no está muy lleno, lo que me permite acercarme con mi amiga hasta la barra para saludar a un camarero que conocía y todavía sigue detrás de de aquella barra. Nos preguntamos qué tal y nos contamos como si fuera ayer la última vez que nos vimos.Me empiezo a encontrar muy agusto en el entorno, me he refamiliarizado con él en escasos dos minutos... mi compañera mira curiosa los usos y costumbres del mundo gay con los que está familiarizada sólo de lejos. Beso a unos cuantos viejos conocidos y llega la segunda sorpresa de la noche: la actuación de Innfernna se pospone al Domingo.Hemos hecho el viaje para nada... No, no es cierto, hemos hecho el viaje para encontrarnos con otros dos amigos de los de siempre que también les ha dado por ir a Cáceres esa noche y me invitan a abandonar Barroco.Yo intento aferrarme al taburete con toda la fuerza que mi culo me permite, pero insisten en ir a tomar algo a un sitio tranquilo... ¿quién coños quiere ir a un sitio tranquilo con todos esos chulos contoneándose y quedándose cada vez con menos ropa? Pues mi amigo hetero, su novia que no está dispuesta a discutir con él y mi amiga que necesita recolocarse el tampón en un baño decente... Como soy minoría desisto y arranco a la cafetería más pija de Cáceres.Pero el destino se pone de mi parte y nada más sentarnos mi amigo le vierte una copa encima a su novia, que ya está dispuesta a discutir lo que queda de noche. Y si a eso añadimos que mi otra amiga se colocado de nuevo el tampón y parece ser que bastante bien, porque le entra una urgencia repentina por ir a ver cuerpos musculados... obtenemos la ecuación perfecta que me permite en menos de media hora estar de nuevo en Barroco con ellos rodeado de esa atmósfera intensa.La noche acaba de rematar, llega Innfernna, aunque de hombre, y de esta guisa, nos predisponemos para que llegue lo mejor de la noche. Música setentera, seguida de música ochentera, mucho luz, mucho salto y mucho movimiento. Juegos de miradas, sonrisas provocadoras, algún roce sutil... Y soy feliz durante un par de horas, como si de nuevo fuese un adolescente hiperhormonado a mis dieciocho (en vez de ser un semimaduro hiperhomonado a mis veintiséis...).
Pero todo lo bueno acaba y cojo el coche a las cuatro de la mañana para deshacer los kilómetros que me llevarán a mi cama en más o menos una hora.

CÁCERES II: GUIÑOS DEL DESTINO

"Quisiera verte y no verte,/quisiera hablarte y no hablarte;/quisiera encontrarte a solas/y no quisiera encontrarte."

En la Plaza Mayor recorremos los puestos que nos ofrecen artículos tan diversos y variopintos como souvenirs de Tierra Santa o Egipto, artesanía sudamericana, libros de viejo o turrones variados...
Cuando doy por finalizada la visita a los puestos y me dispongo a elegir un bar para tomar un café caliente, mi compañera cae en la cuenta de que nos estamos quedando una hilera de puestos sin revisar. Así pues, comenzamos las visitas que se resumen en una leve ojeda a cada chiringuito.
Hasta que llama mi atención uno en el que cuelga un cartel que dice: "ponemos tu nombre al muñeco". Cuando conseguimos acercarnos, observamos que se trata de muñequitos y muñequitas de trapo y lana, que dan toda la impresión de haber sido hechos a mano, a los que se les ha pintado con brillantina un nombre en el pecho.
De repente, me topo de buces con dos de ellos que están culgados en una barra por un hilo a la altura de mi cabeza. Los muñecos, uno moreno y uno rubio, se miran, parecen enfrentados. Un golpe de viento certero los gira hacia mí y puedo leer los nombre escritos en sus pechos: Alberto y Jose.
Yo me quedo parado, con cara de sorpresa; ellos se quedan mirándome, colgados, con sus inexpresivos ojos de lana. Me da la sensación de que algo o alguien me insta a que tome ya una decisión...

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La autovía a las cinco menos cuarto de la madrugada permanece desierta. No he encontrado un alma en los cuarenta minutos que llevo ya de camino antes de desviarme para dejar a mi acompañante en su pueblo. Aún así, tomo las debidas precauciones al incorporarme a la vía para continuar el recorrido que en un prudencial cuarto de hora me pondrá en mi cama.
La radio me acompaña ahora que he dejado a mi amiga en su casa y la calefacción está moderadamente alta para que no atraiga al sueño. Unas luces en sentido contrario me invitan a poner las cortas. Se agradece un poco de compañía, aunque sea tan efímera como un cruce de vehículos a velocidad de autovía, para romper la monotonía del camino.
Pero otras luces, anaranjadas y parpadeantes, que salen del vehículo, llaman mi atención. En un principio pienso que se trata de una ambulancia, pero, a medida que nos acercamos, las grndes dimensiones que va tomando el vehículo me hacen desistir de esta idea.
Resulta ser un autobús y, en el cartel de letras anaranjadas parpadeantes, puedo leer: "Línea Ferrol-Algeciras". Miro la hora y todo me cuadra. En poco menos de una hora, ese autobús llegará a la estación de Cáceres.
En otros tiempos, cuando la autovía ni siquiera existía, yo mismo había ocupado una plaza en ese vehículo de regreso de mis escapadas amorosas a Vigo.
Parece que el destino está caprichoso y se empeña en que me cruce con mi pasado en medio de una autovía desierta a altas horas de la madrugada...

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Termina el ansiado puente, sin más pena que gloria. Me levanto extenuado tras una larga noche esquivando a Alberto y quedo con Jose para tomar algo. Luego, de vuelta en casa, me quedo dormido en el sillón, poco a poco, mientras una joven canta "Lela", uno de los primeros textos a los que enfrenté en gallego.
A partir del Lunes, vuelta a la realidad y al presente.

lunes, diciembre 11, 2006

CÁCERES I: AÑORANZA

"En Macondo comprendí/que al lugar donde has sido feliz/no debieras jamás de volver..."

Cáceres se levanta de nuevo ante mí como ayer, cuando me acogía en sus entrañas de hormigón y asfalto. Paseando con una amiga por sus calles le comentaba que me da una paz y una fuerza increíbles pasear por esta ciudad, porque cada paso que doy ya lo he dado veinte veces antes y en cada rincón encuentro un recuerdo más o menos agradable de un tiempo que fue el más feliz de mi vida.
Para quien no conozca Cáceres, se la podría definir como una ciudad viva. Por cierto, antes de nada, Cáceres es mujer, por lo menos para mí, yo la trato siempre en femenino, porque hasta las curvas de sus calles son voluptuosas como los pechos de una vestal. No sé por qué, pero igual que Vigo es para mí una ciudad masculina, viril hasta la extenuación, Cáceres es muy femenina.
Decía que Cáceres es una ciudad viva, pero viva en el sentido más jovial de la palabra, está llena de vitalidad por los cuatro costados. Además de encontrar siempre el bullicio acelerado de toda la gente a la hora del trabajo, propio de todas las ciudades, cuando cierran las oficinas Cáceres se vuelve a desperezar.
Sus calles se llenan de gente que deambula, que simplemente pasea, que lleva a los niños a ver a los abuelos, que mira escaparates y que desconecta, sin ningún tipo de rubor ni sentimiento de culpa, del estrés cotidiano.
Cuando cierran las oficinas Cáceres está viva de nuevo, se cambia de ropa, se pone algo sexy y se pierde...
A pesar de que me molesta toda la parafernalia relativa a la Navidad, San Corte Inglés y otro tipo de chorradas de marketing puro y duro, pasé la mejor tarde de mi vida paseando por una Cáceres navideña. Canovas está precioso con la iluminación, a medio oscurecer; con el frío golpeándome en la cara y charlando con mi amiga, miro al cielo semioscuro y contemplo las bombillas amarillas y azules. Esto es mi hábitat. Paseo entre los árboles de Cánovas y parece que estoy en una isla desierta, donde no me molesta el mundo.
Termina Cánovas y entro en Pintores. La iluminación es mucho más convencional, pero suena música y eso se agradece. No son los típicos villancicos de pandereta y voz aniñada, son versiones líricas, que dan a la calle llena de gente que se cruza un aire mistérico. Las luces de los escaparates regalan unos cambios cromáticos encantadores, ahora que la tarde se ha cerrado en noche oscura.
Y sin querer llegar aún a la Plaza Mayor, me desvío, no sin antes dar el beso de rigor a la estatua de la pequeña mujer que vende periódicos a la puerta de San Juan, que maliciosamente fue bautizada por mí y mis compañías como "la Rufi". Esto fue en nuestro primer año de universitarios, cuando también aprovechamos para instaurar la costumbre de besar a la buena señora metálica cada vez que pasábamos delante de ella.
Y nos perdemos por la parte antigua, entramos en Santa María, que siempre me huele a incienso y esquivamos al San Antonio, no vaya a ser que por besarnos los pies nos envíe sendos novios y nos complique la vida. Vamos a parar a San Jorge, donde intentamos ver una exposición que resulta estar cerrada y decidimos que ya está bien de la calma del casco viejo. ¡Cuántos paseos románticos por las estrechas calles empedradas... era mi arma secreta para mis amantes forasteros!
Así que nos sumerjimos en el bullicio de la Plaza, donde hay un mercadillo navideño. Otrora esta plaza fuera cuna de lo que ahora está tan de moda, el fenómeno del botellón. Hoy ya el botellón está en el extrarradio, como en toda "ciudad civilizada". Pero a mí, siempre que alguien pronuncia la palabra se me viene a la mente despojada de toda carga negativa, como una reunión cordial de miles de estudiantes que se comunican sin el bullicio propio de las discotecas acompañados por alguna que otra copa. Y la imagen de la plaza abarrotada de juventud, que grita sin armar demasiado escándalo, que canta sin hacer demasiado ruido, que charla sin formar demasiado jolgorio...

lunes, diciembre 04, 2006

LENTO AGONIZA...

"Sueña el rey que es rey, y vive/con este engaño mandando,/disponiendo y gobernando;/y este aplauso, que recibe/prestado, en el viento escribe,/y en cenizas le convierte/la muerte, ¡desdicha fuerte!/¿Que hay quien intente reinar,/viendo que ha de despertar/en el sueño de la muerte?"

Lento agoniza el tirano, el barbichivo Fidel que lleva meses muriendo día a día sin acabar de morirse. Quién te iba decir a ti, Comandante, casi Mesías de una cuba engañada, que terminarías tus días como un simple pelele, incapaz, no ya de regir los destinos de la noble isla, sino de regir simplemente...
Lento agoniza el tirano, el ojituerto Augusto, cuya mirada torva lo es más día a día, cuyo corazón se parte literalmente, señal única de que no es de piedra... Justiciero injusticible de un Chile más que maltratado, imponiendo la muerte como pena. Senador vitalicio, la tumba os espera a ti y a tu título.
Lento agoniza la era de los locos, la ira de los asesinos; la mecha de los salvadores que acuden a ningún grito de socorro, se extingue inevitablemente. Y no se van de forma plácida, sus agonías son lentas y particularmente dolorosas, porque están lúcidos y se ven morir poco a poco. Imaginemos lo que es para un megalómano, con el alto concepto que tiene de sí mismo, con tintes quasi divinos, verse poco a poco inútil, como una marioneta a la que le van cortando los hilos.
La vida, finalmente, se toma su revancha.