lunes, octubre 27, 2008

HISTORIA DE UNA GENERACIÓN

"Pero yo cuando te hablo a ti/cuando te escribo estas palabras/pienso también en otra gente.//[...]Perdóname no sé decirte/nada más pero tú comprende/que yo aún estoy en el camino.//"
¡Nos vendieron la moto, carajo! Nos hicieron creer que el triunfo era nuestro, que el mundo se movería a la velocidad a la que nosotros le hiciésemos rodar. Nos impusieron ser más listos, más altos, más guapos y más fuertes que los demás para ser más felices, o lo que es lo mismo, más ricos. No nos dejaron ser mediocres y eso nos imprimió carácter.
El éxito y la gloria eran nuestro destino, o eras grande o eras un fracasado, ni siquiera podías ser uno del montón porque el montón estaba por debajo de lo aceptable. Ser feliz era una misión secundaria, sólo había que triunfar, ser un alguien en algo porque, si no, eras nada.
Nos ubicaron mal porque decían que ser rebelde era de viejo progre trasnochado y no nos hicieron sumisos, porque éramos indolentes, que al fin y al cabo es lo mismo, porque un indolente no es más que un sumiso con ideas. Y por eso hicieron pensar a neuronas llenas, sin dejarnos parar un momento para tomar impulso y pasar a la acción, para ser engranaje de un sistema que no nos simpatiza, que no nos conviene, que de puro estrecho que nos viene, se nos queda grande para cambiarlo, porque tenemos los fines, pero carecemos de los medios.
Nos enseñaron a seguir pese a todo, a luchar contra viento y marea, sin permitirnos arrepentirnos, retirarnos, dar marcha atrás ni para tomar impulso. No nos dejaron equivocarnos y evitaron que reconociéramos nuestros errores, porque en nuestra pretendida perfección no cabían los pasos en falso. Nos inculcaron la filosofía de que no había problemas, sólo soluciones.
Nos dieron mucho circo y pan el justo, para que no engordásemos demasiado mientras nos evadíamos en medio de nubes catódicas. Nos acercaron los libros, pusieron la sabiduría a nuestro alcance, a una distancia prudente para que no bebiésemos demasiado de esa absenta. Nos hicieron controlarnos y moderarnos, saber que se puede, pero haciéndonos creer que no queríamos.
Nos hicieron adorar a los genios, venerarlos sin reservas, pero sin practicarlos. Los pusieron en altares demasiado elevados, los hicieron lejanos y nos permitieron beatificar anodinos, santificar superhéroes vacíos y martirizar sin remedio a nuevas glorias efímeras. Multiplicaron nuestro tiempo, lo aceleraron, en tres décadas tenías que ser, a partir de la cuarta la vida era residual y había que conformarse con luchar por mantenerse.
Nos cambiaron los valores y los mutaron por cifras, nos quitaron las historias y nos diseñaron currículos, nos negaron experiencias y nos dieron teorías. Nos enseñaron a enfrentarnos con el mundo, pero nos aislaron de él y no nos dejaron hacerlo. Nos transformaron, en contra de lo que se dice, en dueños de nuestras palabras y esclavos de nuestros silencios.

9 comentarios:

Álex Chico dijo...

Muy bueno, Raiko. Desgarradora radiografía. Nadie nos enseñó a ser anónimos. Y encima no teníamos muros sobre los que chocar.
Un abrazo triste y esperanzador.

RAIKO dijo...

Y sin embargo, Álex, a pesar de lo que nos ha tocado, supongo que ni somos tan malos, ni lo hemos pasado tan mal... incluso hemos tenido buenos momentos y otros glorisos. Pero estos ya se encargarán de juzgarlos otros que vendrán, aquellos a los que nosotros hagamos... Un abrazo esperanzador y triste.

Juan Carlos dijo...

Pero algunos nos salimos de esos tiestos que pusieron para no regarlos nunca.

X dijo...

Parabéns polo aniversario :)

RAIKO dijo...

Juan Carlos, hijo, yo también soy muy de sacar los pies del tiesto jeje. Abrazos.

Graciñas, X, se agradece que se acuerden de uno, por más que le fastidie cumplir años... Besotes.

mia dijo...

Hace ya años... muchos, en un "garito" al que me encantaba ir, me vi de repente increíblemente bien representada...

Una fotografía fantástica mostraba la silueta de una gaviota recortada sobre la luz de la luna, la fotografía era genial, y sin embargo, a mi me dejó aterrada...

Quedaban fuera de la luz de la luna la mitad de sus alas, de tal forma, que tan solo se adivinaban...

Si, de tanta libertad como me dieron... me habían cortado las alas...

RAIKO dijo...

Mia, los excesos no son buenos... pero a qué buscar culpables, mejor buscar soluciones (si las hay). Besotes.

BETTINA dijo...

Pero al final no han logrado evitar que siguiésemos pese a todo, que luchásemos contra viento y marea. Nos arrepentimos damos marcha atrás, nos equivocamos y reconocemos nuestros errores. No han podido con nosotros, o si?

RAIKO dijo...

Pues respecto a tu pregunta final, Bettina, anoche estuve hablando sobre educación con unas compañeras y lo que saqué en conclusión es que más que poder con nosotros, nos han absorbido, y nos han dejado los restos para que los recompongamos. Besos.